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1
Siéntete cómodo en tu propia piel. Tú eres tu propia persona especial, con tus características y puntos fuertes particulares. Siéntete orgulloso y feliz de ser quien eres. Comprende que, aunque no seas perfecto, aún puedes sacar todo tu potencial.
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2
Ayuda a alguien necesitado. No todos son tan afortunados como tú, ni todos tienen tanto amor como el que tú recibes. Trata de ayudar donando a la caridad, haciendo cumplidos u ofreciendo una sonrisa. Tu dedicación brillará y harás feliz a alguien por el camino.
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3
Mira el lado positivo, pero sé honesto. Si estás teniendo un mal día, identifícalo. No deberías ignorar ese hecho. Después de haber analizado el hecho de que estás teniendo un mal día, piensa en formas de mejorarlo. Por ejemplo, estás atrapado en una tormenta y tienes que ir a casa. Ahí puedes identificar fácilmente el problema. Puedes pensar en lo afortunado que eres de estar sólo a 5 minutos de casa. Siempre hay algo positivo.
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4
Escucha. Tranquiliza a los demás y escucha sus pensamientos. Puede que encuentres comprensión o quizá unas risas.
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5
Ten una mente abierta. Las cosas pueden parecer peores de lo que son.
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6
Trata de mantenerte sano. Duerme mucho y come bien. Necesitarás tu fuerza y energía para sentirte bien.
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7
No decepciones a la gente. En lugar de eso, anima a que consigan sus objetivos. Sé optimista y anímales en cada paso de su viaje hacia sus metas. Tu optimismo será contagioso.
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8
Nunca juzgues en seguida. Nunca juzgues a nadie por su aspecto físico. Esa chica en el fondo de la clase puede dar miedo, pero en el fondo le gusta el fútbol tanto como a ti. Nunca sabes si algún día estarás en la posición de necesitar amigos. Sé un buen amigo.
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9
Haz algo. Muévete, limpia la casa, limpia los platos, haz la colada o, simplemente, ejercicio. Te sentirás realizado y te inspirará a hacer más cosas.
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